domingo, 20 de marzo de 2011

La revolución silenciada de Islandia

En las últimas semanas las revoluciones del mundo árabe vienen ocupando las portadas de los periódicos y nuestros temas de conversación: primero fue Túnez, que quedó eclipsada por Egipto, que quedó eclipsada por las revueltas en Líbia, Yemen y Bahrein, eclipsadas todas ellas por el brutal terremoto en Japón, al que le sucedió el tsunami y el dolor del pueblo japonés, a su vez eclipasadas por el desastre nuclear, que volvió a quedar en segundo plano con la masacre de población civil Libia perpretrada por las tropas de Gadafi ante los ojos del mundo entero, y la tardía decisión de la coalición internacional de detenerla . Una guerra fotografiada y puesta a disposición del "espectador" al instante.
Hacía 18 años que la Luna no estaba tan cerca de la Tierra, y salimos a la calle buscando esa Luna que es más grande y brillante de lo que podamos recordar, hay más luz que nunca pero seguimos a oscuras. Hay asuntos que no interesa que salgan a la luz, menos aun si pueden remover nuestras conciencias, y uno de ellos es la revolución que ha tenido lugar en Islandia en los últimos 3 años:  se ha echado a gobiernos en bloque, crearon una asamblea constituyente con participación ciudana, nacionalizado la banca y no se han hecho cargo de la pella de los bancos extrajeros por la especulación, persiguiendo a los responsables. Todo ello a golpe de cacerola.
El Fondo Monetario Internacional puso como ejemplo a seguir las bancas de Estados Unidos e Islandia durante el mandato de Rodrigo Rato (2004-2007). Había optimismo con la economía neoliberalista en Islandia, facilitando las inversiones extrajeras con bajos impuestos, inversiones de alta rentabilidad y el consiguiente riesgo. En el 2008 Islandia quebró por la mitad, solidarizandose Grecia, y la mayoría de paises que hay entre ellos. Entonces comenzó el proceso, que debió ser ecliposado por el volcán que colapsó aeropuertos de media Europa, porque poco o nada se ha hablado en los noticieros.
Es cierto que Islandia tiene más o menos la misma población que Bilbao, y no sé si sería posible esta revolución en otros países del continente, pero sí resulta un ejemplo diferente de afrontar la crisis, incluso motivador.
Adjunto un link del programa Carne Cruda, con un visión interesante de la situación. (podcast del 17/3/2011)

http://www.rtve.es/podcast/radio-3/carne-cruda/

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